Tras el último debate entre las candidaturas de Kamala Harris y Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos es objeto de polémica por el discurso de miedo relacionado con sus políticas de influencia en el sector votante. Entre los ejes relevantes de la ideología del candidato por el Partido Republicano ante el ejercicio electoral, se encuentran el futuro de la agricultura y la situación migratoria.
De acuerdo con una investigación publicada por la Universidad de Arizona, el temor y la desinformación fueron clave para la presidencia de Donald Trump en 2017. El estudio consultado por NotiPress indicó que este tipo de políticas pueden ser tanto explícitas, comentadas por el propio empresario originario de Nueva York, como difundidas por los demócratas y opositores.
La postura de Trump ante el campo preocupa en materia de sostenibilidad e inversión
La relación de Trump con el desarrollo de la industria agrícola estadounidense se encuentra en una coyuntura rumbo a las elecciones de 2024. Mientras el expresidente generó acuerdos de exportación por 30 mil millones de dólares durante la pandemia por Covid-19, la campaña actual presenta la posibilidad de imponer sanciones con aranceles a ciertos productores.
Según un reporte compartido por medios estadounidenses el 24 de septiembre, la compañía de tecnología y carga orientada al campo John Deere podría ser acreedora a 200 por ciento de aranceles en caso de mover sus operaciones a México. En el contexto del nearshoring, esta medida podría incrementar la inflación y reducir la inversión, señalaron economistas para la revista Successful Farming.
Voceros del Partido Demócrata señalaron que la Agenda 2025 de Trump podría devastar a las comunidades rurales, especialmente aquellas con pequeñas localidades granjeras dedicadas a la agricultura. Con declaraciones para Investigate Midwest, expertos en sostenibilidad agregaron que la campaña de Trump ha generado temor de cara a los efectos del cambio climático en el campo.
Rechazo a los migrantes: una política de miedo y supremacismo
Como parte del discurso de miedo emprendido por Trump, el rechazo a los migrantes se encuentra en la mira de los simpatizantes del sector conservador. Un caso por excelencia es la presunta historia de los migrantes de Haiti que llegaron a Ohio para comer gatos y perros, hecho que fue corroborado como desinformación por agencias de fact-checking.
Para el caso de John Deere, el exmandatario considera que la compañía está dispuesta despedir estadounidenses para contratar a mexicanos en su lugar. La retórica de los migrantes que buscan quitar trabajo a los ciudadanos estadounidenses es parte de la política del Partido Republicano desde antes del debut de Trump en 2017. No obstante, bajo la consigna de MAGA (Make America Great Again), los sentimientos de ultranacionalismo y racismo hacia las personas en situación de migración en el país norteamericano se han incrementado y complejizado.
Respecto al campo, los trabajadores indocumentados representan la mitad de la fuerza laboral en estados como California, informó la Red Nacional de Radio Pública Latina. Bajo esta línea, las autoridades republicanas manejan una doble postura: emplean a los migrantes como mano de obra en condiciones precarias y simultáneamente los culpan de quitar empleos.
Por su parte, un estudio publicado en la red Scielo informó el rechazo a los migrantes mexicanos ha sido parte de la política de miedo de Donald Trump desde su primera campaña. Sobre ello, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) criticó al candidato republicano por llamar a los mexicanos «animales» durante una rueda de prensa el 3 de abril.
NotiPress/Ali Figueroa