El índice S&P 500 alcanzó un nuevo máximo histórico este 26 de septiembre de 2024, cerrando la jornada con un avance del 0.70%, situándose en los 5760 puntos. Este hito refleja el impulso de una serie de factores macroeconómicos favorables que también beneficiaron a otros índices, como el Nasdaq 100, que subió un 1.1%, alcanzando los 20200 puntos. Este movimiento alcista no solo fue notable en Estados Unidos, sino que se replicó en los principales mercados europeos y asiáticos, generando un entorno de apetito por el riesgo a nivel global.
De acuerdo con un análisis de Quásar Elizundia, Expert Research Strategist de Pepperstone, el avance del S&P 500 estuvo impulsado en gran parte por datos económicos que superaron las expectativas. Entre estos destaca la estabilidad de las órdenes de bienes duraderos en Estados Unidos, que no sufrieron la contracción anticipada, y una caída en las solicitudes de desempleo, que alcanzaron su nivel más bajo en cuatro meses. A esto se suma la confirmación del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre, con una tasa sólida del 3%.
Factores clave detrás del avance
El mercado laboral estadounidense ha sido uno de los principales motores del optimismo, con las solicitudes semanales de desempleo cayendo a 218,000, el nivel más bajo en varios meses. Esta mejora laboral, sumada a una política monetaria aún restrictiva por parte de la Reserva Federal (Fed), ha generado confianza en los inversores. A nivel global, los estímulos económicos implementados por el Banco Central de China también inyectaron confianza en los mercados, en un esfuerzo por contrarrestar las presiones deflacionarias en el gigante asiático.
A pesar del panorama positivo, existen riesgos que podrían afectar el rendimiento de los mercados en las próximas semanas. El reporte de las nóminas no agrícolas de septiembre será un indicador clave que podría influir en la política monetaria de la Fed. Además, la próxima temporada de reportes financieros será fundamental para evaluar si los valores actuales de las acciones están justificados por los resultados empresariales.
Los pronósticos apuntan a un crecimiento del 5% en las ganancias del S&P 500 para el tercer trimestre, una cifra inferior al 12% registrado en el segundo trimestre, lo que sugiere una moderación en las expectativas de crecimiento.
El nuevo récord del S&P 500 refleja un entorno favorable, impulsado por datos económicos positivos tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Sin embargo, los próximos datos laborales y los resultados corporativos determinarán si esta tendencia alcista puede sostenerse en el futuro cercano.
NotiPress/Patricia Manero